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Posts Tagged ‘superdotado’

El que suscribe estas líneas se encuentra hoy totalmente anonadado. Pocos días encuentra uno en los medios tantas cosas sorprendentes – por absurdas, por inesperadas y por otras razones – como hoy. Me veo en la necesidad de comunicarlas todas; no de abordarlas, pues sería ingente y muy pesado de leer, pero al menos de esbozarlas y enlazar la fuente para que el lector interesado pueda indagar por su cuenta. No me demoro más:

  • Una clínica gaditana reduce el sueldo a las enfermeras que no llevan falda corta ->La clínica San Rafael, en Cádiz, ha retirado a una decena de empleadas su plus de productividad (unos 30 euros mensuales) por no acudir al trabajo con la falda corta del uniforme. Las trabajadoras, que consideran dicho vestuario degradante – «nos sentimos como objetos decorativos. A la hora de trabajar no tenemos libertad de movimientos, no podemos agacharnos para atender a los pacientes que están encamados. Tenemos que exponer nuestro cuerpo para hacer nuestro trabajo» – han acudido en su lugar vistiendo la indumentaria habitual de sus compañeros masculinos – una especie de pijama – y de las compañeras que no están cara al público.
  • Fallece el guionista Rafael Azcona -> Todos los profesionales del sector audiovisual, y los que tenemos intención o posibilidad de serlo algún día, estamos de luto. Después de la muerte del genial escritor Arthur C. Clarke nos deja también el imaginativo Azcona, guionista de, entre otras películas de renombre, El verdugo, La Vaquilla, Belle Epoque o La lengua de las mariposas.

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Y podría seguir, pero hay dos noticías más serias, pero igual de sorprendentes, que quiero mencionar, ambas estrechamente relacionadas con el Partido Popular: la reelección de Fraga como senador con el voto nulo de su partido y la incertidumbre sembrada por Rajoy acerca de la posible abstención de sus diputados en la investidura de Zapatero.

Más allá de los posibles alcances de cada una de las noticias, lo que indefectiblemente manifiestan estas dos cuestiones es la falta de coherencia interna de los peperos. En primer lugar, el mismo Rajoy que pidió a Zapatero que se abstuviera si los conservadores sacaban más escaños que los socialistas el 9 de marzo, ha declarado hoy respecto a la investidura de su oponente que «hasta que no conozcamos su programa de gobierno y sus prioridades, yo no puedo adelantar ninguna posición, sería absurdo, porque a ciegas nadie da su voto ni a favor ni en contra ni la propia abstención».

Es muy sencillo pedir, pero mucho más complicado es dar. Lo extraño es que gente religiosa y de bien como los de Génova no hayan sabido asumir la derrota (como ya les sucedió en 2004) y ser coherente con sus propias peticiones, ofreciendo al líder del PSOE al menos lo mismo que le exigían, la abstención.

En segundo lugar, tenemos el tema de la reelección de Fraga. No quiero entrar en los resortes internos que han podido llevar al PP a votar nulo cuando podían haber apoyado a su miembro fundador, pero sí quiero hacer constar mi admiración personal por la labor política de Manuel Fraga. Sí, han leído bien, no necesitan gafas ni una regresión al preescolar para comprender lo que he dicho. Tengo mis razones.

He estudiado la Transición con bastante profundidad (con motivo de la elaboración de un documental para la facultad, en el que entrevisté a figuras de la música y la política como Enrique Sierra, Jaime Urrutia, Bernardo Bonezzi o el padre constitucional José Pedro Pérez Llorca), por lo que mi acercamiento a la figura de Fraga y su labor durante esa difícil etapa de formación de nuestra democracia ha sido lo bastante profundo como para llegar a admirar los grandes pasos que, desde dentro, el de Lugo supo dar para el desmantelamiento del franquismo. Por ello, creo que es una auténtica vergüenza que los políticos de nuestra actual democracia, hijos de la Transición y valedores de su herencia, dejen de lado a aquellos que se jugaron mucho más que ellos por conseguir lo que hoy tenemos.

Son polémicas mis palabras, lo sé, y poco propias de un republicano convencido, pero no me importa. No todos los buenos políticos están a la izquierda, ni todos los que generan progreso son del PSOE o el PCE. No basta con recordar a Santiago Carrillo, a Leguina, a Tierno Galván y como mucho a Suárez. También los reformistas que abrieron la vía desde la legalidad y las instituciones del franquismo durante los primeros años de monarquía merecen mi reconocimiento. A pesar de que, en el caso de Fraga, no haya sabido afrontar el paso de los años y no haya renovado en nada su ideario político, conviertiéndose en un dinosaurio entre jóvenes prometedores que, tratemos de recordarlo, han iniciado su andadura política en una democracia abierta y tolerante – muy distinta de lo que existía en la España de los 70 -, que le deben a personas como el gallego, el más denostado de entre los padres de nuestra Constitución.

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